octubre 10, 2024

Si la nariz pica, chorrea y se tapa no es normal, pero hay solución


Vivir con la nariz tapada no es normal, que pique o chorree tampoco. Y lo mismo corre para los ataques de estornudos. Todos sabemos de qué se trata porque alguna o varias veces nos pasó, muy probablemente ante un resfrío o gripe. Pero hay personas que viven con esos síntomas todo el tiempo y no a causa de un cuadro viral.

La rinitis alérgica es la enfermedad respiratoria más frecuente (en Argentina afecta a uno de cada 5 y algo más frecuente en las mujeres), pero también una de las más subestimadas, subdiagnosticadas y subtratadas, advierten especialistas.

«Nadie le lleva el apunte, ni los médicos ni los pacientes. Los que la sufren, consideran normal que les caiga agüita por la nariz, que se les tape, que les pique. ‘Yo soy así, doctora’, dicen. No, no es así, no es normal«, enfatizó a Clarín Susana de Barayazarra, presidenta de la Asociación Argentina de Alergia e Inmunología Clínica (AAAeIC).

«No tenemos por qué estar congestionados, estornudar en salva (varios estornudos por vez), no tenemos por qué respirar por la boca. No es normal», insistió.

De Barayazarra es una de las investigadoras de RINOLA, un estudio transversal descriptivo y multicéntrico realizado en Argentina, Colombia, Cuba y Perú que incluyó a más de 412 pacientes que fueron analizados exhaustivamente: todos admitieron que la rinitis afectaba su calidad de vida y el 80% presentaba un cuadro persistente («es decir, tienen síntomas todo el año»).

Los más reportados en la investigación publicada en Frontiers in Allergy fueron obstrucción nasal (el 73%), estornudos (66%), picazón (59%), rinorrea o goteo nasal (24,5%) y pérdida de olfato.

«Una de las cosas que observamos y que también ya habíamos visto acá (N de la E.: en el primer estudio epidemiológico sobre RA realizado en Argentina, de 2017) es que el 70% de los participantes que estudiamos tenía una rinitis de severidad moderada. O sea, no son riníticos leves», apuntó De Barayazarra.

«En el paso de leve a moderado es clave un síntoma muy cardinal, que es el respirar por la boca, lo que repercute en un mal sueño. Como los pacientes respiran por la boca (algo que no es normal), se les seca, eso los despierta y los obliga a levantarse a tomar agua», dijo.

El 35% de los participantes en el estudio reportó alteración del sueño, una de las consecuencias que más impacta en la calidad de vida.

Cada año, la productividad laboral se ve afectada debido a las ausencias y disminución en el rendimiento de quienes sufren síntomas severos. «Las alergias no solo afectan la calidad de vida de los pacientes, sino que también tienen un costo económico significativo, tanto para las familias como para el sistema de salud en general», apuntó en ese sentido Edgardo Jares, presidente de Fundación LIBRA, también autor del estudio.

La rinitis no está sola

«En la cara y la cabeza está todo muy cerca, entonces suele haber comorbilidades como conjuntivitis, sinusitis, otitis, laringitis«, sostuvo De Barayazarra, especialista en alergia e inmunología clínica.

Entre los participantes del RINOLA, dos de cada tres refirieron síntomas oculares compatibles con conjuntivitis alérgica. Y en uno de cada tres la rinitis coexiste con asma. A la inversa, entre quienes viven con asma, la rinitis es moneda corriente, el 80% la presentan.

Ácaros, el enemigo número uno

Los ácaros del polvo doméstico son los principales aeroalérgenos involucrados, seguidos por epitelio de perros y gatos y pólenes, entre otros.

Y esta época, en la que la primavera está a la vuelta de la esquina, todo empeora. En un material conjunto, expertos de Fundaler, InAER y Fundación LIBRA advierten que este año se espera un aumento considerable en el número de personas afectadas, debido a las condiciones climáticas que favorecen la proliferación de alérgenos.

La presidenta de la AAAeIC advierte que si bien estamos entrando en el momento pico de consultas, hace años que todo se volvió más difuso.

«Hasta hace 20 años, teníamos en Argentina las cuatro estaciones bien marcadas, pero esto ha ido cambiando al punto de que hace unos días tuvimos en Córdoba 30 grados en pleno invierno y capaz dentro de una semana tengamos 4 grados. Al cambio climático hay que sumarle los incendios, hay cenizas dando vueltas, olor a quemado, eso afecta todavía más al paciente con rinitis, que ya tiene inflamación.»

La amplitud térmica dentro de un mismo día también ejerce influencia. No es un mito que los cambios bruscos de temperatura afectan: salir a la calle con frío, entrar a un lugar muy calefaccionado, volver a la noche con viento, frío o lluvia, sensibilizan aún más a las personas con alergias respiratorias como la rinitis.

Y septiembre añade su cuota estacional tradicional. «Las personas con predisposición alérgica deben estar especialmente alertas durante la primavera, ya que la exposición constante al polen de plantas, árboles y pasto puede desencadenar crisis asmáticas graves» advirtió Anahí Yañez, alergóloga y miembro de InAER.

La rinitis suele coexistir con otras alergias. Foto Shutterstock.La rinitis suele coexistir con otras alergias. Foto Shutterstock.

«Muchos pacientes tienden a automedicarse o subestimar sus síntomas, lo que puede llevar a complicaciones mayores. Es crucial que aquellos que experimentan síntomas persistentes durante la primavera consulten a un especialista en alergia para recibir un tratamiento adecuado y personalizado», subrayó Pablo Moreno, presidente de Fundaler.

En ese sentido, los especialistas consideran fundamental identificar cuál es el agente que causa la alergia para poder establecer el tratamiento adecuado.

Cómo se diagnostica la rinitis alérgica

El interrogatorio exhaustivo es el primer paso, dijo la presidenta de la AAAeIC. «El paciente relata los síntomas (dice «tengo agüita por la nariz, me pica, se me tapa, me pican los ojos»), hay que indagar con qué frecuencia le ocurren (cuántas veces a la semana, al mes), en qué momento se exacerban, si hay algo en particular que los exacerba (por ejemplo el frío, el polvillo, un árbol como el plátano o el olivo».

Una vez establecida la sospecha diagnóstica, hay que estudiar a qué es alérgico. Para ello, «la herramienta más importante de la que disponemos son los test cutáneos».

Así se realizan: «Con una lanceta aplicamos en el antebrazo los distintos alérgenos en gotas y a los 15 minutos vamos a ver la reacción que ha producido esa punción. En general vamos a obtener una pápula, que es como una picadura de mosquito, un globito, y alrededor más rojo, el eritema. Esa reacción es la que nos indica cuál es el alérgeno que desencadena en ese paciente los síntomas.»

El test cutáneo permite hacer el diagnóstico etiológico. Foto Shutterstock.El test cutáneo permite hacer el diagnóstico etiológico. Foto Shutterstock.

Cómo se trata la rinitis alérgica

Pocos llegan a esa instancia de identificar al agente etiológico que les provoca tanto malestar. Y al subdiagnóstico se encadena el subtratamiento y/o el mal tratamiento («se automedican con lo que encuentran a mano o van a buscar algo a la farmacia»).

«La mayoría de los pacientes no reciben el tratamiento adecuado, lo que sugiere que aún existe poco conocimiento sobre la enfermedad», concluyeron los autores del RINOLA. El estudio sobre prevalencia realizado en Argentina (PARA 2017) había llegado a la misma conclusión, al observar que el 64% de los participantes con síntomas no tenía diagnóstico.

En el artículo publicado en Frontiers in Allergy, la especialista y sus colegas explican que el tratamiento de la rinitis alérgica combina educación, evitación de alérgenos y otras medidas preventivas (vinculadas, por ejemplo, al estilo de vida), farmacoterapia (incluye principalmente antihistamínicos orales o tópicos de segunda generación y corticoides intranasales o sistémicos) e inmunoterapia específica para alérgenos.

«Las medidas farmacológicas deben determinarse según las características de la enfermedad y su gravedad» y deben ser «individualizadas» para cada paciente, afirman.

De Barayazarra hace especial hincapié en la relevancia de la inmunoterapia (las vacunas antialérgicas). «Una vez que se establece cuál es el agente que causa la alergia, las vacunas marcan la diferencia con el tratamiento común (el antialérgico o el spray nasal) porque tratan específicamente a aquello que produce los síntomas, por ejemplo los ácaros», explicó.

Existen dos formas de administración. Una son las inyecciones que se aplican en el brazo por vía subcutánea una vez por semana durante aproximadamente cinco años. La otra es la sublingual, dos gotas debajo de la lengua todos los días, durante alrededor de tres años, precisó la especialista en alergia e inmunología clínica.

Consejos claves para prevenir y aliviar los síntomas

En primavera, especialmente las personas alérgicas al polen y gramíneas, deben tener en cuenta las siguientes medidas.

1. Es importante estar informado sobre los niveles de polen en el ambiente. Existen aplicaciones y sitios web especializados que proporcionan pronósticos diarios sobre su concentración.

2. Evitar actividades al aire libre durante las primeras horas de la mañana y atardecer ya que los niveles de polen son más altos.

3. Usar anteojos de sol y mascarillas al salir, para reducir el contacto del polen con los ojos y las vías respiratorias.

4. Si viajás en auto, circular con las ventanillas cerradas y el aire acondicionado encendido, manteniendo el filtros limpios.

5. Consultar con un médico sobre el uso de antihistamínicos o aerosoles nasales preventivos antes de que los síntomas se presenten en su máxima intensidad. La inmunoterapia específica puede estar indicada para la mejoría de estas afecciones a mediano y largo plazo.

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