¿Hablar solo es cosa de locos? Una respuesta sencilla podría ser: depende, a veces sí, a veces no.
¿Cuántas veces te encuentras hablando contigo mismo, en un diálogo interior a través del cual tratas de esclarecer tu pensamiento? Y todo bien, ¿no? Ahora, si ese mismo diálogo se expresa en voz alta, pasa a llamarse soliloquio y podría ser juzgado como una alteración mental. Si la reflexión es interior o en voz alta no define la situación, así lo afirman los psicólogos.
Pero imaginemos otra escena, bastante frecuente. Si esa conversación con uno mismo se mantiene en la vía pública, con testigos a los que el sujeto ignora, enseguida es catalogada como cosa de locos.
No es el público lo que define su status porque seguramente esa persona mantendrá soliloquios también en privado. El eje pasa por “con quién habla esa persona”, si se trata o no de enajenación lo dirán la psicología y la psiquiatría.
Qué significa hablar solo
En voz alta o mentalmente, hablar solo ayuda a sacar conclusiones y ordenar pensamientos. Foto: Freepik.Los profesionales de la salud mental suelen alentar el hablar solo en determinados casos y tomarlo como un problema en otros.
La Clínica de Psicología y Psiquiatría MentSalud, de Murcia, España, explica que solo en algunos casos el soliloquio se puede relacionar con la locura: cuando es un síntoma de esquizofrenia, es decir, la respuesta que el sujeto da a alucinaciones auditivas. Puede suceder también que estas personas manifiesten risas inmotivadas. Pero esta clasificación de trastorno mental se reserva a patologías clínicas puntuales. En cualquier otro caso, es completamente normal hablar con uno mismo, sea en voz alta o mentalmente.
Beneficios de hablar con uno mismo
- El sitio Cuerpo Mente cita al médico bielorruso Lev Vygotski, famoso especialista en psicología del desarrollo, quien en 1962 explicaba que el habla privada o autodirigida es normal en la infancia, y con el tiempo se va interiorizando y transformando en pensamiento verbal, que puede incluir cierta habla musitada, en voz baja.
- El pensamiento es un fluir de imágenes y palabras que suele divagar por caminos que él mismo elige, sin nuestro control. Un beneficio del habla privada es que lo organizamos en palabras, lo que permite procesar la información, comprenderla y sacar conclusiones prácticas para nuestra vida
- El neuropsicólogo Alexander Luria, cita Cuerpo Mente, sostenía en 1980 que, además de su función social, el lenguaje dirige nuestro proceso cognitivo, monitorea el pensamiento para planificar o guiar nuestro comportamiento.
- El habla privada aumenta nuestra conciencia desde los 2 años de edad en adelante y nos permite autorregularnos, comprender nuestro pensamiento y actuar en consecuencia. A la vez, nuestros comportamientos enriquecen nuestros pensamientos.
Hablarnos en tercera persona, un recurso para vernos desde otra perspectiva, explican los psicólogos. Foto: Shutterstock.- El psicólogo Adrián Garrido, especialista en trastornos del neurodesarrollo del Instituto Centta, comenta en el portal Cuidate Plus que el soliloquio ayuda a desahogar las emociones e inquietudes que nos perturban, “quitándonos un peso de encima”. A veces, expresar una emoción íntima es más fácil con uno mismo que ante otras personas. No siempre el habla privada es una herramienta para quien vive solo, aunque estés en familia necesitas recurrir a ella en momentos de intimidad. Y hablarnos en tercera persona suele ser un recurso para vernos desde otra perspectiva.
- Hablar solo mejora la memoria y la atención porque con este recurso activamos zonas del cerebro que organizan los recuerdos o nos ayudan a poner el foco en algo puntual, permitiendo la concentración en una actividad y retener información durante el proceso. La verbalización interior nos aleja de distracciones y estímulos externos.
- Leer en voz alta o explicarle a alguien lo que se está leyendo, por ejemplo, ayuda al aprendizaje, a memorizar o guardar algo en el recuerdo. Ese otro podemos ser nosotros mismos. Explicarnos a nosotros mismos ayuda al aprendizaje.
- Ver claro un pensamiento al volcarlo en palabras ayuda a tomar decisiones y a resolver problemas. Cuando logramos organizar el flujo del pensamiento lo transformamos en reflexión. Al decir “esto no va más”, estamos abriendo las puestas a las soluciones. Mientras más dificultades enfrentamos, más recurrimos a la estrategia de verbalizarlas.
- Para el psicólogo Garrido, el discurso solitario puede convertirse en una herramienta de motivación. Pero, cuidado: también puede ser destructiva si nos criticamos o autocensuramos. Por eso no es bueno tomar el soliloquio como forma de autocastigo o reproches, porque eso baja la autoestima y repercute de manera negativa en nuestra vida, aconseja.
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