Godoy Cruz y Belgrano de Córdoba mostró la peor cara del fútbol otra vez. El partido se suspendió a los 30 minutos del primer tiempo cuando la policía reprimió a un grupo de barras que intentaban ingresar al estadio Malvinas Argentinas de Mendoza. Fue cuestión de minutos para que los gases lacrimógenos arrojados afuera de la cancha se metieran en las tribunas provocando la desesperación de los espectadores. Entonces, se vivieron imágenes impactantes, con padres pasando a sus niños de la popular a la platea, entre los alambres de púas que dividen las tribunas.
Cuando comenzó la represión en los alrededores del estadio, el grupo de barras que estaba adentro del Mundialista comenzaron a arrojar piedras hacia afuera.
En ese momento, la gente comenzó a cantar contra la barra: «Que se vayan todos, que no quede, ni uno solo».
La situación, por demás confusa, produjo momentos de tensión adentro de la cancha. Los gases lacrimógenos se dispersaron por varias zonas del estadio provocando la desesperación de los padres que habían llegado con sus hijos a ver el partido.
La primera opción fue pasarse de la popular a las plateas. La imagen más impactantes fue la de un bebé, teniendo que pasar entre los alambres de púas.
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