Corrían 45 minutos del primer tiempo en La Plata e Independiente desde hace un rato le ganaba a Gimnasia La Plata gracias a un tempranero gol del chileno Mauricio Isla. El equipo de Carlos Tevez buscaba y buscaba al tiempo que acumulaba enojos por los discutidos fallos del árbitro Leandro Rey Hilfer, el mismo que hace una semana había estado a cargo del VAR y había sido responsable junto al juez de campo Fernando Rapallini de señalar el penal que le dio al Rojo el triunfo ante Vélez.
Fue entonces cuando llegó la gran polémica de la tarde en el Bosque de la capital bonaerense. Es que Leonardo Morales intentó despejar un centro de Ayrton Costa, pero llegó tarde y Alexis Canelo lo anticipó con la cabeza. La pelota dio en el cuerpo del defensor, que había saltado para bloquear el ataque. Hasta ahí todo legal. Sin embargo, el capitán del Lobo, al caer, le dio un pisotón involuntario al delantero, que cayó desplomado. Era penal. Clarísimo.
Sin embargo, Rey Hilfer, que estaba cerca de la jugada, decidió que no era infracción. Tampoco lo fue para el VAR, con Pablo Dóvalo a la cabeza, que ni siquiera lo llamó para que revisara la jugada. Tevez y su cuerpo técnico no lo podían creer.
No fue la única polémica de la tarde. Es que Rey Hilfer, 20 minutos antes, debió haberle mostrado tarjeta roja a Pablo De Blasis por un duro planchazo a Damián Pérez. El árbitro fue al menos coherente: ni siquiera cobró infracción. Lateral y a otra cosa.
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