El río Paraguay se transformó en un escenario de terror para tres docentes que regresaban en lancha de trabajar en una escuela rural. En pleno cruce se desató un temporal que les dio vuelta la embarcación. El río se los devoró. Estuvieron desaparecidos durante horas y finalmente, tras un gran operativo, fueron encontrados sin vida.
Los docentes pertenecían a la Escuela EPET N.º 71 «Ejército Argentino», ubicada en la remota Isla Buey Muerto, en la frontera con Paraguay. Estaban volviendo a Clorinda después de su jornada laboral.
Este jueves comenzó como tantos otros para los docentes de la Isla Buey Muerto, una comunidad aislada a la que se accede únicamente por agua. Ese día, dos embarcaciones partieron hacia Puerto Pilcomayo tras la mañana. La primera, desde Isla Apando, logró llegar antes de que estallara el temporal.
Pero la otra, que partió cerca de las 12.30 y llevaba a Rodolfo Ferraut, Edith Cantero y Graciela Ramos, no corrió con la misma suerte.
Con una embarcación pequeña y desprotegida ante la inclemencia del tiempo, la travesía se tornó mortal cuando el fuerte viento y la lluvia hicieron que la lancha volcara. La desesperación creció al caer la tarde y no tener noticias del grupo, cuyo viaje debía extenderse unas dos horas y media.
La Prefectura Naval Argentina activó un operativo de emergencia con lanchas rápidas que recorrieron la ruta fluvial hacia Buey Muerto. Familiares y voluntarios locales se unieron a la búsqueda. La comunidad isleña, acostumbrada a enfrentar la fuerza del río, también sumó su experiencia y conocimiento del terreno.
Pasadas las 16, se encontraron los primeros rastros: la lancha y chalecos salvavidas flotando a la deriva. Por su ubicación se estima que el accidente se produjo a 4 kilómetros del punto de partida. Poco después, Prefectura confirmó el hallazgo de los cuerpos de las docentes Ramos y Cantero. El operativo continuó hasta el día siguiente, cuando finalmente se recuperó el cuerpo de Ferraut.
Dolor en la comunidad educativa: «Eran un puente entre los jóvenes y un futuro mejor»
Ferraut, director de la institución, y sus colegas Cantero y Ramos, eran muy queridos en la isla. Su compromiso con la educación en una zona de difícil acceso no solo era admirado, sino vital para los jóvenes de la comunidad. En un lugar donde la geografía impone barreras casi infranqueables, su trabajo simbolizaba la lucha por la igualdad de oportunidades.
La tragedia golpeó fuerte a Clorinda, ciudad natal de los tres docentes. El intendente Ariel Cañiza decretó tres días de duelo, durante los cuales las banderas nacional y provincial ondean a media asta. La comunidad educativa rindió homenaje a los docentes, quienes destacaron la pasión por transformar vidas a través del conocimiento.
Estudiantes, colegas y familiares organizan una vigilia frente a la escuela para despedir a quienes fueron sus maestros. «No solo enseñaban, eran un puente entre los jóvenes y un futuro mejor«, expresó entre lágrimas una colega.
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