Con la guerra en Gaza, en el Líbano y en Israel, la tensiones en Francia entre musulmanes que defienden a Palestina y judíos que apoyan a Israel y son las dos grandes comunidades más importantes de Europa, la aplicación de la laicidad a la francesa en los colegios se volvió conflictiva en estos días.
La ley de la laicidad prohíbe el uso del velo o pañuelo musulmán u otros signos religiosos en los establecimientos públicos, incluidos escuelas, bancos y hospitales. El lunes una profesora indicó a una alumna adolescente que se sacara el velo, cuando se estaba retirando del instituto Sévigné de Tourcoing.
Dos de las chicas que la acompañaban lo hicieron. La tercera se negó. La profesora insistió. La alumna le dijo que estaba saliendo del establecimiento y por eso llevaba el velo puesto. La maestra volvió a reclamarle. La alumna primero le agarró el brazo, luego la empujó contra la pared y y le pegó. La profesora también.
La estudiante permaneció presa hasta el miércoles. No tiene antecedentes de radicalización. Pero hay una movilización en el colegio en defensa de la alumna, no de la profesora.
Tourcoing es una ciudad en el norte francés, cercana a la frontera belga y a Lille. Con 98.000 habitantes, sufrió la desindustrialización en los años 70 y hoy se encuentra en proyecto de renovación urbana. La población inmigrante está compuesta por 12.513 habitantes. La población se divide entre católicos, protestantes y musulmanes sunitas. Hay cuatro mezquitas en la ciudad.
El caso
La adolescente del instituto Sévigné de Tourcoing (Norte) fue puesta bajo custodia policial el lunes por la tarde, tras el violento altercado con la profesora. No era un chador o una burqa. Era un pañuelo. A Francia la divide la laicidad y como es interpretada. La chica quedó bajó control judicial.
“Muchos defienden a la estudiante”, que se negó a quitarse el velo, según los alumnos en el Instituto, que organizaron una manifestación. La profesora atacada no recibe un apoyo unánime.
La estudiante sospechosa obtuvo una prórroga el miércoles, antes de ser juzgada y comparecerá ante la justicia el 11 de diciembre.
“Lamento los golpes que le he podido dar a esta profesora y espero que le vaya bien”, declaró la joven, con chaqueta negra sobre camiseta blanca y pelo recogido en un chignon, durante la comparecencia inmediata, durante la cual solicitó y obtuvo este retraso.
La estudiante de secundaria de 18 años, que cursa el último año en hotelería, será juzgada por violencia seguida y amenaza de muerte a un responsable de una misión de servicio público. Fue puesta bajo supervisión judicial, con prohibición de establecer contacto con la víctima y presentarse en su casa o cerca de la escuela.
El abogado de la joven, Ossama Dahmane, estimó en la audiencia que su lugar no estaba en la comparecencia inmediata, destacando que no tenía antecedentes penales. La estudiante de secundaria no negó haber golpeado a la maestra pero cuestionó las amenazas de muerte. Denunció “un procedimiento guiado por la opinión pública”.
«Los docentes y muchos otros colegios profesionales son siempre víctimas de la violencia cuando queremos hacer cumplir un Estado de derecho, unos principios», lamentó su abogado, Eric Cattelin-Denu, ante los periodistas presentes.
Las clases, suspendidas el martes, también fueron canceladas el miércoles para dar «tiempo de discusión y trabajo» al personal, dijo el rectorado.
La versión del fiscal
Según las primeras investigaciones, la profesora pidió a la estudiante «que se quitara el velo religioso, antes de ser sometida a comentarios insultantes», indicó el martes la fiscalía.
Luego, la profesora “se opuso a que abandonara el establecimiento para obtener su identidad” . La estudiante “abofeteó a la profesora, quien se la devolvió”. “Siguieron varios golpes, amenazas y empujones”, según la misma fuente.
La docente presentó una denuncia. También está previsto un consejo disciplinario.
El martes, la ministra de Educación nacional, Anne Genetet, señalando un acto que desafía a la «escuela laica» y «a la República», indicó a la Asamblea nacional que había solicitado «sanciones disciplinarias muy firmes» contra la estudiante.
Un puñado de estudiantes se reunieron frente al instituto a mediodía, entre ellos un amigo de la joven, que calificó la situación de «una injusticia». Afirmó que ponerse el velo antes de abandonar completamente el establecimiento era «lo habitual».
Solos o en pequeños grupos, estudiantes y profesores llegaron este miércoles por la mañana a la recepción del instituto Sévigné de Tourcoing, a pesar de las clases canceladas. Dos días después del ataque a una profesora por parte de una alumna que se negó a quitarse el velo en el ámbito de este establecimiento profesional y tecnológico, se podía leer en los rostros la preocupación de unas y la incredulidad de otras.
“Ha sucedido antes que ha habido altercados entre profesores y alumnos. Pero nunca había tomado tales proporciones. Esta vez vamos demasiado lejos, es absurdo”, piensa Christopher, de 23 años, que estudia comunicación y medios, en un programa de estudio y trabajo.
“Esta profesora ya había hecho comentarios a varias alumnas sobre el uso del velo”, continúó.
“Siempre me lo quito en la esquina, antes de llegar frente a la escuela”, confiesa Malika, una empleada de la cantina, de unos cincuenta años, mientras se quita el pañuelo negro de la cabeza para guardarlo en su bolso.
Jade, estudiante de segundo grado, suspira por su parte. No conocía personalmente a la estudiante, pero señaló que «aquí muchas jóvenes usan el velo». También de fé musulmana, no lo lleva. “Cada uno tiene su propia elección”, dijo con una sonrisa, antes de continuar su camino hacia la recepción de la escuela secundaria.
En los grupos de alumnos con los que Christopher interactúa en las redes sociales, cada uno tiene su propio comentario sobre la profesora maltratada, sobre la alumna puesto bajo custodia policial al final de la jornada del lunes y, sobre todo, sobre la cronología exacta de los hechos.
La detención de la joven finalizó el miércoles a las 9 de la mañana con vistas a su comparecencia ante la fiscalía de Lille. Durante su audiencia de ayer, la estudiante acusada, que se enfrenta a una pena de hasta tres años de prisión, admitió los hechos. La audiencia judicial será en diciembre.
A la profesora, quien enseña ciencias técnicas médico-sociales y quien no era docente de la estudiante, se le prescribieron 3 días de licencia y una semana de baja por enfermedad. La docente, quien recibió golpes en las piernas, presentaba enrojecimiento en piernas y rostro cuando presentó la denuncia.
La laicidad francesa
La interpretación de la laicidad por parte del estado francés no solo irrita al Papa Francisco, que no vendrá a la inauguración de la catedral de Notre Dame. Tensa la vida en común entre musulmanes y franceses defensores de la laicidad y molesta a católicos y judíos, que no pueden usar sus signos religiosos en hospitales, escuelas o bancos.
El artículo L. 141-5-1 del Código de Educación establece que: “En las escuelas, colegios y escuelas secundarias públicas, está prohibido el uso de carteles o vestimentas, mediante las cuales los estudiantes demuestren ostensiblemente su afiliación religiosa». Los 4 principios de la laicidad son la igualdad de todos los ciudadanos ante la ley, sin distinción de religión; la garantía del libre ejercicio de la religión; la neutralidad del Estado; la ausencia de culto oficial y empleo asalariado del clero.
La laicidad garantiza la libertad de conciencia. De ahí surge la libertad de manifestar las propias creencias o convicciones dentro de los límites del respeto al orden público. Implica la neutralidad del Estado e impone la igualdad de todos ante la ley sin distinción de religión o creencias. Garantiza a creyentes y no creyentes el mismo derecho a la libertad de expresión de sus creencias o convicciones. También garantiza el derecho a tener o no una religión, a cambiarla o a dejar de tenerla. Garantiza el libre ejercicio del culto y la libertad de religión. Nadie puede ser obligado a respetar dogmas o prescripciones religiosas en Francia.
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