La cita tiene un objetivo indisimulable para el Ejecutivo: atemperar el ímpetu confrontativo de los gremios del transporte que, apalancados por el conflicto en Aerolíneas Argentinas, avanzaron con la amenaza de un paro general del sector para el 17 de octubre con el aval de los espacios más duros de la central obrera que se enrolan detrás de Pablo Moyano y los sindicatos alineados con el kirchnerismo.
Intentar contener esa escalada justo en una semana difícil para la gestión de Javier Milei en la previa de una marcha universitaria que se presume masiva constituye un propósito clave para Francos y Caputo con el encuentro, al que la escuadra dialoguista de la CGT llegará también con el reclamo de nuevas señales de «buena voluntad» de parte de la administración libertaria.
En concreto el grupo de gremialistas que acudirá a la reunión insistirá con el planteo para que se complete la reglamentación de la reforma laboral incorporada en la Ley bases limitando el alcance de las sanciones impuestas a los trabajadores que participen de bloqueos o tomas de establecimientos. Es que la norma sancionada por el Congreso definió ese tipo de protestas como causal de despido justificado, pero el Gobierno optó por dejar el artículo fuera de la reglamentación ante la falta de acuerdo entre la posición de los sindicalistas que pedían suavizar su aplicación y la presión empresaria por ir a fondo con la medida.
Esa definición de la Casa Rosada, que buscó cierto equilibrio entre la posición más dura en la reglamentación que expresó el ministro de Desregulación, Federico Sturzenegger, y la opinión del propio Santiago Caputo más favorable a atender el reclamo de la CGT, no conformó a los sindicalistas, que decidieron volver a la carga con su reclamo por atenuar la aplicación del despido justificado por la participación en ese tipo de protestas.
«El artículo como quedó en la ley tiene muchos grises y da lugar a situaciones de arbitrariedad. Hay una limitación evidente en el ejercicio del derecho a huelga», aseguró a este diario uno de los gremialistas que asistirá a la reunión con los funcionarios de Milei. Y admitió que justamente sobre esa argumentación se monta la determinación de los gremios del transporte de escalar contra la gestión Milei con el llamado a una huelga del sector.
Otros jefes cegetistas del bloque más dialoguista coinciden en la misma interpretación, por lo que reclaman al Gobierno saldar la discusión con la reglamentación del polémico artículo. Confían en que la presencia de el todopoderoso asesor presidencial en la cita de este lunes podría ser clave para favorecer su reclamo. Es que, tras la primera reunión de abril pasado en la Casa Rosada, Caputo logró articular una relación muy aceitada con Héctor Daer y Gerardo Martínez, dos de los máximos referentes de la cúpula sindical, al punto de convertirse en el interlocutor privilegiado por los gremialistas, aún por encima de Francos.
Daer y Martínez estarán este lunes en la Rosada, al igual que Carlos Acuña (otro de los triunviros), y los dirigentes Andrés Rodríguez (Upcn), José Luis Lingeri (Obras Sanitarias), Jorge Sola (seguros), Sergio Romero (UDA) y Argentino Geneiro (gastronómicos), entre otros. Pablo Moyano ya avisó que no será de la partida, aunque su lugar podría ser ocupado por el propio Hugo Moyano, quien ya acudió en representación de los Camioneros a la cita inicial que inauguró el diálogo entre el Gobierno y los gremios.
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