La agricultura, como una ciencia de la vida, es dinámica. El arado no desapareció, pero en los campos argentinos relegó su protagonismo ancestral a sembradoras e insumos que permitieron una evolución hacia mejores niveles de eficiencia y sustentabilidad ambiental. Es la historia de la revolucionaria siembra directa, que hace apenas algunas décadas parecía imposible.
Con similar convicción que la de aquellos pioneros liderados por Víctor Trucco en la Asociación Argentina de Siembra Directa (Aapresid), hace 4 décadas, este jueves más de 1000 protagonistas de la innovadora agricultura nacional pusieron un mojón en la tendencia de los insumos biológicos, con la realización del primer congreso nacional enfocado a este rubro en franco crecimiento.
Lo más relevante, quizás, no es la suscripción a una ola global que ya no novedad, sino que el impulso esta vez no viene por oposición (arado vs. SD) sino con una vocación integral de soluciones y beneficios para todos. De hecho, el evento fue organizado por la Cámara de Sanidad Agropecuaria y Fertilizantes (Casafe), donde se nuclean los principales laboratorios de agroquímicos.
Con todo, la temática se metió en la mesa del sector a partir de que el 75% de las marcas socias de Casafe ya incorporan bioinsumos en sus portafolios, y en un contexto en el que destacadas empresas del sector están inaugurando y desplegando infraestructura
En la Argentina, la producción de insumos biológicos es liderada por los inoculantes, con el liderazgo de Rizobacter, y el entusiasmo de Ricardo Yapur, que en septiembre pasado convocó, a la inauguración de la nueva planta pergamiense, al jefe de Gabinete, Guillermo Francos. Esta misma semana, la cooperativa Agricultores Federados Argentinos (AFA) estrenó, en Ramallo, infraestructura y equipamiento específico para este tipo de productos.
En Rosario, referentes del ámbito público, privado y académico coincidieron en que los bioinsumos son una herramienta estratégica para una producción más eficiente y con menor impacto ambiental.
El evento tuvo un fuerte respaldo institucional: contó con la presencia de 33 funcionarios de 10 provincias, entre los que se contaron el subsecretario de Agricultura de la Nación, Manuel Chiappe y ministro de Producción de Santa Fe, Gustavo Puccini, quienes coincidieron en la necesidad de políticas públicas que favorezcan el desarrollo del sector.
Por parte de Casafe, su vicepresidente Federico Garat aseguró que “el futuro del agro está ligado a la sustentabilidad, y no hay sustentabilidad sin innovación”. En tanto, el director ejecutivo, Federico Landgraf, recordó que la cámara acompaña este proceso desde hace más de siete décadas, promoviendo ciencia, innovación y Buenas Prácticas Agrícolas.

Durante la jornada, se sucedieron paneles técnicos e internacionales que abordaron el crecimiento del mercado —un aumento de 10,9% en 2024—, los avances en formulación y las estrategias para mejorar la adopción y aplicación de estas tecnologías.
En uno de los paneles destacados, Ignacio Moyano Córdoba (Dunham Trimmer) y Luis Mogni (SOMERA SAS) señalaron que los bioinsecticidas duplicaron su facturación y que el tratamiento de semillas representa ya el 51% del mercado de bioinsumos. Los biofungicidas también pisan cada vez más firme y los bioherbicidas son la categoría más relegada por el momento, pero a la vez es la que tiene mayor potencial.
Los desafíos son múltiples, desde lo técnico a lo regulatorio, pero proyectaron que hacia 2047 el mercado global estará repartido de manera más equilibrado entre soluciones químicas y biológicas.
El panel internacional sumó la visión de expertos como Sergio Abud (EMBRAPA, Brasil), Fernando Dini Andreote (ESALQ, Brasil), Thales Facanelli Martins (Biotrop, Brasil) y Nicolás Reinoso (The NetZero Project, EE.UU.), quienes destacaron el valor del manejo integrado de plagas, la biodiversidad del suelo y la agricultura regenerativa como pilares de un nuevo paradigma agrícola.
Especialistas del sector privado argentino compartieron desarrollos concretos en biocontroladores, bioestimulación y tecnologías de aplicación. Participaron Adrián Mitidieri (Agrodesarrollos), Wenceslao Tejerina (AgroEstrategias Consultores), Julio Priotti (AGD) y Eduardo Améndola (John Deere), quienes coincidieron en que la adopción de estas herramientas ya muestra resultados positivos en campo.
Más allá del enfoque técnico, los disertantes presentaron casos reales que demostraron beneficios productivos y ambientales en distintos cultivos.
La experiencia acumulada por empresas del sector fue clave para mostrar que los bioinsumos no son una promesa a futuro, sino una alternativa concreta que se integra a sistemas agrícolas modernos y eficientes.
El cierre del bloque estuvo a cargo del economista Santiago Bulat, quien analizó el escenario macroeconómico y su impacto sobre las decisiones de inversión.
En ese marco, subrayó que la apuesta por tecnologías sostenibles no solo responde a una demanda ambiental, sino que también puede mejorar la competitividad y agregar valor a las exportaciones agroindustriales.
Casafe representa a las empresas que brindan soluciones para el agricultor. Propician «una producción suficiente de alimentos seguros y nutritivos a través de la innovación y la sustentabilidad, conscientes de la necesidad de un mundo que demanda más y mejores alimentos».
Pomueven «prácticas agrícolas eficientes y responsables para generar alimentos saludables, de calidad y amigables con el ambiente», con un enfoque que «incluye la inversión en investigación y desarrollo para brindar soluciones innovadoras en Argentina que optimicen el uso de insumos».
La entidad trabaja «en colaboración con personas e instituciones públicas y privadas para la producción de alimentos seguros y nutritivos«, impulsando «regulaciones y normativas que acompañen la innovación» y difundiendo «conocimiento para garantizar la sustentabilidad en el agro».
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